Hace aproximadamente un mes a través de sus redes sociales, el abogado Wilson Gutiérrez Montaña, daba cuenta de una especie de consenso en torno a su nombre, para abanderar una candidatura a la alcaldía del Espinal con el anhelado aval conservador.
En la foto se observó a la plana mayor del barretismo, respaldando a Gutiérrez, después de un prolongado proceso de selección que al final concluyó con un “dedazo” del senador Óscar Barreto Quiroga, entre al menos una baraja de diez precandidatos.
En la chipa no aparecieron Elio Fabio Rodríguez, Abel Otálora y el coronel Jorge Enrique Cartagena, quienes decidieron firmar el famoso pacto de Las Delicias y montar disidencia a la colectividad azul.
Desde entonces se conocieron pocas noticias; la última tiene que ver con una aspiración decidida de Elio Fabio Rodríguez a la alcaldía Pelachiva por el movimiento de Salvación Nacional, y la intención de Otálora de buscar escaño en la asamblea departamental por el grupo que sigue las orientaciones del representante a la Cámara Alejandro Martínez Sánchez.
Sin embargo, sorprendió esta semana una publicación en redes donde se ratifica el compromiso de trabajo entre Jorge Enrique Cartagena y el Senador conservador Miguel Ángel Barreto Castillo.
Esta alianza insospechada traduce que en la política criolla “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”; el coronel Cartagena busca refugio en los brazos de Miguel Barreto y éste a su vez, le planta cara a su primo el ex gobernador Óscar Barreto, quien parece estar feriando avales del conservatismo por todo el departamento, sin un mecanismo claro y democrático al interior de su partido.
Miguel Barreto se mueve como pez en el agua en el directorio nacional conservador, de hecho le habla al oído a Carlos Andrés Trujillo, presidente de la colectividad azul. Por eso su insistencia en que nada está escrito en materia de avales para el 2023. Su antigua casa política lo tiene ‘caspiado’, como dicen los jóvenes.
En círculos políticos el coronel Cartagena le ha manifestado a sus amigos que pase lo que pase, estará en el tarjetón y ahora la cercanía con Miguel Barreto le garantiza una bala de oxígeno en materia electoral y estrategia política.
El problema para Cartagena es que el famoso pacto de Las Delicias también parece fraccionado, y si todos cogen por orillas diferentes, los que podrían sacar ventaja son el barretismo y el excongresista Aquileo Medina, quien también suena duro para la alcaldía espinaluna.