La decisión del alto tribunal fue materializada la misma noche de este martes por agentes del CTI de la Fiscalía, en el norte de Bogotá.
Al sustentar su providencia los magistrados precisaron que Aguilar Villa, quien en septiembre cumplirá 40 años de edad, habría dado instrucciones a funcionarios de la administración departamental, mientras actuaba como gobernador de Santander para favorecer o entregar a dedo contratos a personas y consorcios previamente seleccionados por él, abusando del poder que ostentaba e infringiendo los principios de economía, planeación, transparencia y selección objetiva para de paso apropiarse de dineros públicos.
Los contratos cuestionados, según refiere la Corte son el de interventoría en las obras de reforzamiento del estadio en la Villa Olímpica de Bucaramanga, la intervención de la vía San Gil-Charalá, el corredor vial Agroforestal y Energético, al igual que el mejoramiento del carreteable Bucaramanga - Floridablanca.
Todos estos hechos de corrupción investigados por la sala de instrucción se habrían configurado entre los años 2014 y 2015, durante el mandato de Aguilar.
El hoy congresista deberá responder penalmente como presunto determinador de las conductas de contrato sin el lleno de requisitos legales, autor de interés indebido en la celebración de contratos y coautor de concierto para delinquir agravado y peculado por apropiación a favor propio y de terceros.
Dentro del mismo sumario, el Tribunal dispuso compulsar copias a la Fiscalía General de la Nación lo que supondría la vinculación de otros actores no aforados al proceso penal.
El poderoso Aguilar
Richard Aguilar es considerado un cacao político del oriente del país.
Es hijo del Coronel (r) Hugo Aguilar, recordado por haber sido el hombre detrás del disparo que acabó con la vida de Pablo Escobar y quien también fuera Gobernador de Santander entre 2004 y 2007.
Años más tarde, la Procuraduría destituyó e inhabilitó al coronel Aguilar tras probar sus nexos con grupos paramilitares y luego se ordenó su captura por parapolítica, lo que forzó a Richard Alfonso a incursionar en la arena proselitista.
Sin embargo, estos hechos no diezmaron el caudal electoral de la casa Aguilar cuyo poder acumulado en Santander llevaba a pensar hasta a los más escépticos que gozaban de cierto grado de inmunidad para dilatar y evadir vía tráfico de influencias la acción penal.