En la pasada elección al congreso en 2018, más de 400 mil tolimenses salieron a las urnas y de ellos, solo el 39% votó por un candidato al Senado de la República con arraigo en esta región del país. Los números y antecedentes son devastadores para quienes buscar afianzar y martillar un mensaje de arraigo local en el 2022.
Lo anterior indica que el grueso del electorado prefirió aspirantes de otras regiones, probablemente por intereses particulares o sencillamente porque ninguno supo conquistar a la gente, transmitir discurso efectivo o era más de lo mismo.
Aplica el trillado adagio que “nadie es profeta en su tierra”. Los tolimenses prefieren depositar su confianza en candidatos de distintas vertientes, pero no con origen en este departamento.
Para muchos, eso se debe en gran medida al desinterés y desconocimiento absoluto por las elecciones de congreso, no existe ninguna motivación y al final el centralismo de la inversión, le termina pasando una cuenta de cobro enorme al estamento.
Los locales
Olga Beatriz González del Partido Liberal, Carlos Edward Osorio en ese momento por La U, Pierre García y Emmanuel Arango del Centro Democrático, Rosmery Martínez de Cambio Radical, Ana Paola Agudelo del MIRA y Miguel Ángel Barreto del conservatismo, aspiraron en 2018 a ser senadores de la ‘tierra firme’ y solo dos de ellos lograron arribar al capitolio.
Por su lado, Ana Paola Agudelo, abanderando el cristianismo político del país y la disciplina de las iglesias, logró con el MIRA conquistar a 14.267 tolimenses; sumado a los 56.964 votos que obtuvo en el resto del país como cabeza de lista de su partido, coronó credencial en la cámara alta.
Mientras que Miguel Barreto, con un barretismo envalentonado puso 68.420 votos en el departamento y un poco más de 11 mil en el resto del país, que le permitió llegar holgado en la exigente lista del Partido Conservador.
La suerte no fue la misma para Olga B, Rosmery, Pierre, Emmanuel y Carlos Edward. La hoy candidata a cámara, en su momento llegó solo con la estructural liberal y el oficialismo liderado por Mauricio Jaramillo, 22.701 votos; la diputada y excandidata a la gobernación puso 20.598 sufragios; Pierre y Emmanuel juntos, sumaron por la lista uribista 16.947. Mientras que Osorio Aguiar llegó a 20.801 en la U.
La bancada del Tolima alcanzó solo una curul regional y otra con votos prestados en todo el país; consiguieron el apoyo de 163.752 electores, mientras que los foráneos de todas las corrientes políticas se llevaron la increíble cantidad de 224.334 votos. La mayoría de esos congresistas foráneos jamás volvieron al departamento y trabajaron por sus respectivas regiones, no por el pueblo tolimense.
Miguel Barreto en su rendición de cuentas entregó cifras en las que se destacan inversiones superiores a los 600 mil millones de pesos. De Ana Paola Agudelo no se tiene registro claro de gestiones o liderazgo, salvo el empujón al sistema estratégico de transporte para Ibagué y una que otra asomada a los ministerios a ‘poner la totuma’ por el departamento.
Los foráneos
De los senadores forasteros, bendecidos con los votos tolimenses como Samy Merheg (6.003) y Esperanza Andrade (5.998) del Partido Conservador; Álvaro Uribe (26.878) del Centro Democrático, Rodrigo Villalba (5.334) y Mario Castaño (3.212) del Partido Liberal; de la U Ángel Custodio Cabrera (3.349), de Cambio Radical Richard Aguilar, Germán Varón y Rodrigo Lara (4.222), no se conoce trabajo alguno en beneficio de esos electores que se la jugaron en la coyuntura política.
Tal vez el único que podría salvar los muebles es Samy Merheg, de quien se escucha en varios municipios, ha hecho gestión en obras de infraestructura como parques, plazas de mercado, polideportivos, entre otros.
La lección fue categórica, triste y contundente: por apoyar candidatos de afuera, los cinco aspirantes propios del Tolima se quemaron y quizás, con una bancada de congresistas sólida y representativa, hoy se hablaría de muchos más recursos concretados para el departamento.
“Tolimense vota tolimense”
El analista político y exsecretario de gobierno del departamento, Eduardo Bejarano, lanzó una iniciativa que tiene tanto de polémica, como de necesaria y reiterada: tolimense vota tolimense.
La campaña busca incentivar a los electores del Tolima para que elijan sobre la amplia baraja de candidatos al Senado que tiene el departamento, se pueda exigir resultados y no dejar que la bolsa de votos se vaya con ‘águilas cuaresmeras’ a quienes solo se les verá cada cuatro años con discursos manidos reeleccionistas, imponiendo lugares comunes y promesas insulsas.
Partidos y movimientos como la Coalición de la Decencia, los Verdes, el Polo, entre otros, también se llevaron 67.684 votos sin ninguna reciprocidad de carácter institucional y/o programático para el Tolima.
Entre los aspirantes actuales: Guillermo Pérez, Ricardo Ferro y los primos Óscar y Miguel Barreto se distribuirá el mercado electoral del Tolima.
Pero dependerá mucho del comportamiento de los sufragantes, garantizar que la torta de senado se quede en la región y no se vaya con los muchos aspirantes que hoy han llegado en busca de réditos electorales, sin compromisos serios con el departamento.
Hay que analizar bien por quien votar el próximo 13 de marzo. Hágalo con responsabilidad y pensando en el Tolima.