La reciente reunión del senador Miguel Barreto con ocho alcaldes del Tolima en el Instituto Nacional de Vías (Invías), generó un revolcón político al interior del Partido Conservador.
En medio del encuentro, en el que se gestionaron importantes recursos para la intervención de vías terciarias, hubo movimientos y varias fotos que dejaron a más de uno sorprendido.
Todo por cuenta de las diversas vertientes políticas que atendieron el llamado del congresista y posaron sonrientes ante las cámaras, sin temor a posibles retaliaciones de sus jefes.
En el recinto había una especie de sancocho con mucho sazón político. Por un lado, los alcaldes de arraigo liberal Marco Ospina y Nelson Gómez (Lérida y Palocabildo) y por el otro, los pupilos del representante a la Cámara por el Partido de la U, Jaime Yepes: Germán Mogollón (Carmen de Apicalá), Diego Guerra (Rovira) y Jesús Antonio Giraldo (Líbano).
Choco ‘taca’ a dos bandas
Sin embargo, el tercer grupo que llamó la atención por su activo acompañamiento fue el ‘choquista’, integrado por la alcaldesa de Falan, Lucero Castaño, y el alcalde de Valle de San Juan, Henry Lugo.
Nuestra gestión no tiene colores políticos, junto con los alcaldes nos pusimos de acuerdo sobre lo fundamental que es el trabajo por los tolimenses. Esta es nuestra política: la de resultados y gestión de recursos con el Gobierno Nacional. pic.twitter.com/eFNUSlYuX1
— Miguel Ángel Barreto (@MIgueBarretoC) August 11, 2021
El espaldarazo de los dos mandatarios, pertenecientes al grupo del congresista José Elver Hernández, generó suspicacias y avizoró posibles alianzas que podrían modificar el mapa electoral a siete meses de las legislativas.
El hecho no deja de provocar revuelo teniendo en cuenta que ‘Choco’ le juró amor eterno a Óscar Barreto; hasta se ofreció a ser su jefe de debate en la campaña al Senado.
No obstante, la lealtad que le prometió Hernández al barretismo el pasado primero de agosto en el Líbano no sería del todo cierta. La historia lo demuestra: en las últimas dos elecciones el congresista le ha puesto huevos a más de un candidato conservador.
Incluso ha financiado sedes y eventos de campaña de aspirantes foráneos en el Tolima como David Barguil, Efraín Cepeda, Hernán Andrade, entre otros. Si 'Choco' pudiera apoyaría a toda la lista azul al Senado.
Eso quizá explicaría la cercanía de los alcaldes ‘choquistas’ con Miguel Barreto, quien hábilmente ha logrado socavar
las bases del ‘gomezgallismo’ y recoger el desgaste de la concentración del poder barretista.
¿Acuerdos por debajo de la mesa?
Esa es una de las preguntas que muchos se hacen tras el sorpresivo encuentro en el Invías hace unas semanas.
Pero más allá de las interpretaciones políticas, lo cierto es que el senador Barreto ha logrado persuadir a varios alcaldes con gestiones ante el Gobierno Nacional.
Muestra de ello es lo de Valle de San Juan, un municipio dominado por el excongresista conservador y consejero de ‘Choco’, Gonzalo García Angarita, hoy condenado por los delitos de concierto para delinquir y corrupción al sufragante.
Y aunque tomarse la foto con un político no es sinónimo de apoyo, las palabras del alcalde Lugo hacen pensar lo contrario: “Esta gestión se debe al apoyo incondicional que siempre ha tenido el senador Miguel Ángel Barreto con todos nosotros y con la comunidad del Tolima. Me voy muy contento para mi municipio a llevarles estas buenas noticias”.
Nadie discute que Óscar Barreto es el varón electoral del momento en el Tolima. Si decide aspirar, obtendrá la mayor votación al Senado. Sin embargo, muchos amigos de 'Choco' y las bases del congresista Jaime Yepes, están comprometidos hace rato con la reelección de su primo, a quien subestiman con el pasar de los días.
Sea o no parte de una estrategia, el representante conservador es consciente que muchos de sus amigos no votarán a ciegas por Óscar Barreto. De hecho, José Elver es absolutamente permisivo con la indisciplina, algo que no ocurría cuando el jefe de la organización era el desaparecido Luis Humberto Gómez Gallo.
Los análisis y pronósticos están sobre la mesa. Ahora resta esperar qué otros acuerdos se cocinan de aquí a marzo de 2022. La política es el arte de lo imposible y todo puede pasar.