El congresista, José Elver Hernández Casas, más conocido como ‘Choco’, fue pieza fundamental en la elección de su amigo, Alejandro Martínez, a la Cámara de Representantes el 13 de marzo. 

Así mismo, se autoproclamó en el Líbano jefe de debate en la campaña al senado de Óscar Barreto y le puso al exgobernador una votación importante.

Pasadas las legislativas, se le escuchaba a ‘Choco’ decir con vehemencia en círculos públicos y privados, que su candidatura a la Gobernación del Tolima estaba firme y buscaría el aval del Partido Conservador a como diera lugar.

Esa aspiración se cruzaba con los intereses de Adriana Magaly Matiz Vargas, prenda de garantía para el sostenimiento del poder regional a favor de la estructura barretista en reemplazo de Ricardo Orozco.

En lo más intenso de la segunda vuelta presidencial, José Elver decantó su voto en medios de comunicación por el polémico ingeniero Rodolfo Hernández, asegurando que el país había enviado un mensaje contundente a los políticos en las primarias y se debía acatar. 

Desde entonces no se ha sabido nada del Representante nacido en Murillo, algunos de manera suspicaz han manifestado abiertamente que se terminó entregando a los intereses del barretismo y en cuestión de semanas, hará el pronunciamiento oficial a favor de su copartidaria Adriana Magaly Matiz.

En lo que refiere al acuerdo programático y las propuestas, el equipo ‘Choquista’ se encuentra en el mejor escenario para pedir e imponer condiciones. 

Al final, las decisiones claves las termina tomando el excongresista Gonzalo García Angarita y el paquete puede incluir muchos réditos políticos para el equipo. 

Desde autonomía de avales para alcaldías estratégicas del denominado gomezgallismo, más contratación, burocracia y una notoria injerencia en la Corporación Autónoma Regional del Tolima, entre otros detalles de fina carpintería. 

Hay quienes se atreven a apostar que el barretismo estaría dispuesto a entregar la dirección de Cortolima, si esto garantiza sostener el escritorio en el piso diez de la gobernación. 

Choco es un dirigente canchero y con figuración nacional, se caracteriza por su calidez humana e interacción directa con el ciudadano. Tiene inmejorables relaciones con la clase política del departamento; aunque desde que se bajó sorpresivamente del famoso ‘Pacto de Perales’ que pretendía llevar a Mauricio Jaramillo a la gobernación en 2015, perdió credibilidad con algunos aliados.

Y es que, según las cuentas de expertos en temas electorales, para la casa Barreto es absolutamente indispensable un socio de las características de José Elver Hernández, no solo por lo que suma, también por el mensaje de unidad conservadora, que se hace vital para llegar fuertes a la elección decisiva del próximo año.

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Mientras en el famoso ‘Tonconbar’ reina la especulación, los egos y el desorden, Óscar Barreto va ‘calladito’ construyendo alianzas, moviendo el ajedrez y hasta conquistando a los opositores, muchos de ellos ya se han sentado con él pensando en  las regionales.