La lluvia fue torrencial. Parecía una tarde de abril o una noche de junio en las finales de los reinados del folclor. No obstante, la gente ahí, leal, firme, arengando con determinación y orgullosamente vestida de azul, como aún mandan los cánones del partido de Caro y Ospina.
Óscar Barreto llegó temprano como es su costumbre: la puntualidad primero. A su lado Adriana Magaly Matiz, el popular “Choco” y los integrantes de la lista conservadora a Cámara de Representantes.
Seguramente, muchos a quienes les gusta figurar en estos eventos debieron molestarse porque no los subieron a la tarima y porque no los dejaron hablar. La decisión fue contundente, solo habló Óscar Barreto. El discurso fue corto y de inmediato presentó al invitado especial de la tarde: David Barguil Asis, quien aspira a quedarse con la consulta del Equipo por Colombia para aspirar a la Presidencia.
Los aciertos
Pese al aguacero en toda la ciudad, la fuerza barretista le respondió a su jefe y este, a su vez, le probó finura a Barguil. También pensando en que luego de la credencial en el Senado, Barreto necesita ganarse un asiento entre la logia conservadora en Bogotá, donde se toman las decisiones del partido y en eso Barguil, indiscutiblemente, es un gran aliado.
Los detractores dirán que hubo “buses a todos los barrios y pueblos”; pero en la práctica todos los partidos y candidatos hacen exactamente lo mismo, porque ese es un proceder calcado en tiempo de campaña.
Acertó Óscar Barreto en su discurso corto. Propuso dos temas de gran acogida popular: la exagerada benevolencia de los últimos gobiernos con el sistema bancario y el intocable precio de los insumos agrícolas, que pagan las familias campesinas con lo que cada día se empobrecen más y la carestía de los productos que consumimos los colombianos se vuelve incontrolable.
El discurso de Barguil es fresco, argumentativo, claro, tiene porte de estadista. Sus propuestas también son interesantes. Aún muchos recuerdan que una ley de su autoría acabó con las cláusulas de permanencia en los planes de telefonía celular, a todas luces leoninas para la gente. Se enfrentó a multinacionales en el Capitolio para defender los intereses del pueblo.
Los desaciertos
Es claro que no había 25 mil personas, como lo afirmó en redes el precandidato presidencial; por una sencilla razón: no caben en ese espacio del Murillo Toro. Ni siquiera la última versión del Photoshop lo hubiera logrado. Obvio, no significa que Óscar Barreto no los pueda congregar. Demostró que tiene la estructura y la maquinaria para hacerlo.
Los más optimistas hablan de 10 mil personas, que de por sí es una cantidad representativa y algo generosa. Como dice un filósofo conocido: “En esto de convocatorias, cada quien se cree sus propias mentiras”.
Muchos ciudadanos despistados, se fueron hacer compras por la tercera, al Vendemás, Sanandresito y al Palacio de la Moda. Nadie controló eso en la organización. De la calle 11 para abajo parecía temporada navideña.
Barreto debió pasar un trago amargo en la rueda de prensa cuando Barguil elogió al senador Miguel Barreto. Rápidamente, el aspirante a la Presidencia dijo que ojalá el Tolima tuviera varias credenciales en el Senado y Cámara.
Las futuras administraciones locales de Ibagué, deben entender que el centro de la ciudad ya no se presta para concentraciones masivas. Traumatizan, colapsan, molestan a los ciudadanos.
Tristemente ha hecho carrera, que el poder de convocatoria sólo se muestra en el centro de la ciudad. Ahora con las redes sociales y un buen manejo de cámaras, eso está revaluado. Muchos le apuestan a esta zona para garantizar convocatoria, en contravía de la paciencia y tranquilidad de la gente.
Nada fácil para David Barguil será ganar la consulta del Equipo por Colombia. Tiene al frente a ‘Fico’ Gutiérrez que cuenta con el respaldo del uribismo, aún con fortaleza electoral; así digan que Iván Duque le resta más de lo que le suma.
Además, Gutiérrez recibió una bocanada de oxígeno electoral en Ibagué, por parte del grupo de amigos del alcalde Andrés Hurtado, quien está jugado como pocos en el país con el denominado ‘presidente de la gente’.
Sumado a lo anterior, el 13 de marzo los ciudadanos deben pedir el tarjetón para votar la consulta presidencial de su interés; los sufragantes suficiente tienen con ubicar a sus candidatos al legislativo, para lo cual nunca será suficiente la pedagogía.
Indiscutiblemente, Óscar Barreto quedó bien parado con el oficialismo conservador. Ahora, sus seguidores deberán dar muestras de lealtad en las urnas; todavía el dos veces gobernador del Tolima debe recordar con pesar y amargura, la embalada que se metió hace cuatro años con Germán Vargas Lleras.
Casi pierde hasta la risa con esa pobrísima votación endosada al hombre del “coscorrón”. Ese si fue un salto al vacío sin paracaídas por parte del barretismo.
Al final la fórmula será sencilla. Habrá que sumar los votos de Choco, Óscar Barreto y su primo Miguel en las legislativas, y compararlos con los resultados de Barguil en el Tolima. Así se medirá el sudor en la camiseta de los barones azules con el político costeño y si de verdad lo apoyaron ‘de frente y sin miedo’.