Para nadie es un secreto que detrás de las relaciones políticas entre Gobierno y Congreso se tejen toda suerte de jugadas y estratagemas.
Existe una relación de codependencia más allá de las grietas ideológicas. Los dirigentes políticos necesitan asegurar las inversiones para sus regiones y los Ministros quieren conjurar apresuradamente cualquier asomo de rebeldía que acabe en un debate con reclamos y exposición pública.
Tal parece fue el caso de la ministra, Ángela María Orozco quien durante la entrega de 146 kilómetros del proyecto vial Cambao - Manizales sorprendió con un detallado y revelador relato del día en que se enfrentó a la bancada tolimense.
El inédito episodio del que quizás sólo tenían recuerdo los implicados, no pasó desapercibido para Orozco quien para entonces se estrenaba en las labores de cabildeo y relacionamiento con la rama legislativa.
Aunque la Ministra ya se había probado en la Cartera de Comercio, las responsabilidades inherentes a su cargo poco o nada le forzaban a sostener acercamientos con la dirigencia política.
Algo que cambió radicalmente al ponerse al frente de temas tan sensibles como el futuro de proyectos de infraestructura que amenazaban con caer en la caducidad.
‘Primiparada’
Y su primiparada involucró a la clase política del Tolima. "Fue gracias a la Bancada Tolimense que conocí cómo se movía la relación política con el Congreso de la República” sostuvo la alta funcionaria.
"Eran proyectos adjudicados desde 2015. Estábamos en agosto, septiembre del 2018. Y recuerdo que me llama mi enlace en el Congreso y me manda una foto y me dice: Ministra esto se salió de madre, no sé qué pasó y la foto era el representante 'Choco' y parado sobre una silla gritando al Tolima se le respeta. A mí me llega esa grabación y yo palidecía", admitió la funcionaria del alto gobierno.
Lo siguiente, según relató Orozco, fue afrontar la coyuntura y llevarla del salón elíptico a un espacio más íntimo, por lo que recuerda dio instrucciones precisas para convocar al día siguiente a su despacho a los representantes Adriana Matiz, Aquileo Medina, Ricardo Ferro, Ángel María Gaitán y la senadora Paola Agudelo quienes protagonizaron el mitin.
La reunión pactada, aunque privada no fue menos tensa. Los reclamos airados fueron subiendo de tono hasta llegar a los gritos.
"Dos me gritaron y cuando me gritaron los que me conocen saben, yo grité de vuelta. Les dije a mi me da pena, pero nadie me grita. Tengo toda la disposición para afrontar la problemática, pero a mí nadie me va a gritar porque yo no me merezco esto", agregó la Ministra de Transporte.
Pero los gritos de lado y lado no conjuraron el debut de la representante del presidente en su relación con el Congreso. Los representantes Adriana Matiz y Ángel Gaitán, indignados, se levantaron de sus sillas y abandonaron el recinto.
Afanosamente los asesores del despacho salieron en persecución de los congresistas para tratar de calmar los ánimos, ante el temor de una citación a debate de control político, mientras Orozco insistía en que no iba a permitir que se le maltratara.
El tercer round que graduó a la ministra Ángela Orozco en relaciones políticas fue con el concesionario Alternativas Viales.
“Llevaban tres años sin arrancar las obras porque la licencia ambiental estaba engavetada en la ANI. También estaban muy molestos y lo primero que me dijeron fue: nos retiramos del proyecto, además, nos deben $120 mil millones. Pudimos conseguir la licencia, que además era compleja por el cruce en el Parque Nacional Natural de los Nevados; las obras arrancaron y antes de terminar este mandato serán entregadas”, expresó.
Reflexiones
La reflexión de la ‘Superministra’, inmediatamente, permitió preguntarse a muchos: ¿qué pasó con la Bancada Tolimense? Parece que los egos, las disputas políticas, los odios y el desinterés en los asuntos superiores del Tolima diluyó a sus integrantes. Luego de esos primeros intentos donde se les veía corriendo a firmar y radicar proyectos y visitando ministerios ‘en manada’; sus acciones terminaron en nada.
Parece que con la campaña política reciente, nuestros parlamentarios terminaron por acogerse a la sentencia personalista de ‘cada uno por su lado, haciendo lo que pueda’, haciendo gestiones particulares en los ministerios e instituciones manejadas por los partidos a los que pertenecen.
Jaime Yepes sólo saltó a la fama cuando una cámara lo ponchó durmiendo en una sesión. A Ángel María Gaitán los colombianos lo conocieron el día que “se salió de los chiros” como vocero del Partido Liberal en el fallido debate de moción de censura a la ministra Karen Abudinen.
Los más visibles
Aquileo Medina apareció cantándole la tabla a las empresas de servicios públicos, gestionando recursos y fomentando algunos debates e iniciativas que impulsó solo.
Ricardo Ferro, aunque presentó buenas propuestas, como la ley de las vacunas, terminó dejándose seducir con las cámaras y reflectores de medios nacionales.
Miguel Barreto, ‘Choco’ y Adriana Magaly, quienes también se probaron en la tarea legislativa y en gestiones para el Tolima, terminaron peleando solos sus propias batallas.
Hace pocos días, la Cámara de Comercio de Ibagué convocó a los congresistas electos y más allá si faltaron algunos o no, esa reunión de ‘buenas intenciones’ al comienzo de cada ejercicio legislativo terminan en poco o nada. Hay decenas de fotos en medios locales como un saludo a la bandera.
¿Lección aprendida?
Nuestros congresistas tolimenses no han aprendido la lección de bancadas como la costeña y la paisa, que tanto critican. La fórmula es sencilla; pelearse a ‘brazo partido’ los votos en las regiones, pero ir como uno solo bloque a los ministerios para que los recursos y las obras se materialicen; mejor dicho, para que “respeten al Tolima” como le dijo parado en una silla a la ministra el representante y precandidato a la gobernación José Elver Hernández.
La frase de la ministra Ángela María Orozco al finalizar su discurso en Honda debe convertirse en una sentencia, en un mandamiento, en un dogma: “A pesar de tener diferencias en temas ideológicos, podemos ponernos de acuerdo”.
La vía de cuarta generación Cambao -Manizales es el más claro ejemplo de esa premisa. Imaginemos si en lugar de perder tiempo en disputas y odios personales, hubieran llegado hasta el final unidos, en ‘llave’. La historia que hoy estaríamos contando sería diferente.