Para analistas y puristas de la mecánica electoral criolla, no puede tener viabilidad política una candidatura que viene antecedida por dos derrotas consecutivas.
Es el caso puntual de Agustín Mauricio Pinto Rondón, un político que se hizo al lado de Óscar Barreto; en 2003 fue candidato al Concejo de Ibagué por el entonces Nuevo Partido, fracasando estrepitosamente.
Acompañó a Barreto en la atípica Gobernación de 2005 donde ganó el liberalismo con Fernando Osorio Cuenca, hasta llegar a las mieles de la victoria en 2007 con la administración “Soluciones para la Gente”.
Disputas internas poco conocidas, pero según fuentes, relacionadas a líos económicos dañaron la relación de amistad entre Barreto y Pinto, obligando al segundo a buscar abrigo en el Centro Democrático.
Fue avalado después de un reality show por el Centro Democrático para buscar la Gobernación en el año 2019, quedando relegado al tercer lugar con 86.546 votos.
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Luego se midió en la exigente campaña a Cámara de Representantes 2022, también por la línea uribista, perdiendo la curul con el experimentado profesional Carlos Edward Osorio Aguiar; en dicha contienda Pinto facturó 13.199 sufragios, muy lejos del objetivo, cuando en la interna aseguraban que Pinto pasaría los 30 mil votos.
Ante las adversidades Mauricio Pinto encontró refugio en los brazos del senador conservador reelecto, Miguel Ángel Barreto Castillo, quien precisamente lo viene pedaleando para que se muestre como una especie de tercería a la Gobernación del Tolima.
Dicen allegados al Pintismo que el ingeniero forestal se ha venido entusiasmando, a tal punto, de querer vender la idea con los políticos del famoso ‘Toconbar’ que es el único capaz de derrotar a Adriana Magali Matiz porque nadie conoce como él la interna barretista.
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Sin embargo, las cifras y antecedentes electorales no respaldan esa teoría; la historia reciente indica que en todos los escenarios donde Mauricio Pinto enfrentó al barretismo salió derrotado y por márgenes abismales.
No lo extrañan
Mauricio Pinto es el típico ‘vende humo’ electoral. Caña de conocer al centímetro la política regional pero la historia demuestra lo contrario. El ‘kínder’ de Óscar Barreto le dio cátedra en marzo y le demostró al senador que no necesitaban a Pinto para lograr los objetivos.
Figuras como Edwin Castro, Dainober Trujillo, Carlos Portela, Adrian Monroy, Felipe Bonilla, David Tovar y Javier Triana, le taparon la boca a Mauricio Pinto entre otros, quienes aseguraban en campaña que el barretismo no podía vivir sin ellos.
La denominada chipa TPT (Todos por el Tolima), es partidaria de unir fuerzas entorno a Mauricio Jaramillo Martínez para enfrentar al candidato de la estructura barretista, al oído de Pinto y sus amigos. Una tercería lo primero que conseguirá es facilitarle el aventajado camino que tiene hoy Adriana Magali Matiz Vargas.
Plantear una estrategia en la cual el Partido Liberal no se gane nada en las regionales de 2023, es inverosímil y un poco absurda. Los hermanos Jaramillo Martínez tienen hincadas sus expectativas en el poder regional, de la mano de la izquierda, los progresistas y de la base que apoyó al presidente Gustavo Petro, so pena de ceder la Alcaldía de Ibagué.