Desde que llegó por primera vez al Congreso en el año 2006, de la mano de Carlos García Orjuela, el actual Representante a la Cámara, Jaime Armando Yepes Martínez, entendió que para convertirse en jefe político, garantizar reelecciones y triunfos en las regionales debía sustentar su estructura en un abrumador grupo de “amigos” soportado en la clientela y la maquinaria. A fe que lo consiguió.
De ahí en adelante Yepes no perdió reelección, completó su cuarto periodo y tomó la decisión de buscar un quinto sin fomentar un solo debate en el capitolio y mucho menos destacar por la sustentación de proyectos de ley propios. Muy pocos le hemos escuchado la voz a Jaime en el Congreso.
También contó con la suerte de tener aliados en el Gobierno Nacional. Su bastión sin lugar a dudas ha sido el dominio total por años del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar seccional Tolima (ICBF), donde era un secreto a voces que no se podía mover una hoja sin la venia del cacique.
Muchos recuerdan la histórica elección legislativa del partido de la U en el año 2014, en la que con su viejo aliado-enemigo Carlos Edward Osorio y todo el aparataje de la Unidad Nacional del expresidente Juan Manuel Santos, se echaron a cuestas el umbral para dos curules y capitalizaron una votación impresionante (34.360 votos Osorio y 30.296 Yepes).
En las elecciones regionales para alcaldes, Gobernador, Asamblea y Concejo el denominado "Yepismo" también ha sabido jugar.
En las más reciente del 2019 avaló la aspiración de José Barreto Castillo y tras la renuncia de éste, a solo diez días de los comicios aterrizó con una sola reunión en la campaña del actual alcalde Andrés Fabian Hurtado.
De igual manera, firmó respaldo al hoy gobernador del Tolima Ricardo Orozco y fue fundamental en promover la inhabilidad de Carlos Edward Osorio con la renuncia a la U.
En la actualidad Yépes se queja por la falta de reciprocidad burocrática desde la administración El Tolima Nos Une.
La estratagema
La estrategia de Jaime Yepes está más que cantada: a sus aliados en la lista a Cámara les promete ‘El Oro y el Moro’. Al segundo en votación inicialmente le ofrece dos años para que disfrute las mieles de la curul, carrusel de suplencias y renuncias que ya está prohibido de acuerdo a la reforma política.
A los pocos meses, después de confirmada la lista y hecho los acuerdos, sin sonrojarse, Yepes le cambia de el caballo en la mitad del rio crecido a sus compañeros de lista, y reduce la promesa de dos a un año en el Congreso y sin mayores garantías.
El propio Ernesto Cuero, exalcalde de Coello, le dijo a esta redacción que Jaime Yepes le hizo el juramento firmado en mármol, que su próximo paso será aspirar a la Gobernación del Tolima, por lo que sería viable incluso renunciar mucho antes a la Cámara para que el popular ‘Cheo’ entre de carambola.
Jaime Yépes en los últimos años optó por feriar el liderazgo de su estructura. El episodio reciente se relaciona con el entorno de los amigos del alcalde Andrés Fabián Hurtado, con una negociación bastante sencilla: apoyo electoral en Ibagué a cambio de entregarle las banderas y la jefatura de todo su equipo a mediano plazo al ‘hurtadismo’, tal cual ha hecho con la mayoría de gobernantes, cuando se ve afanado por cuadrar caja electoral.
Para la elección del próximo 13 de marzo el Partido de la U no la tiene fácil. Un Jaime Yepes envalentonado por el respaldo de la administración Ibagué Vibra, pero con coequiperos absolutamente desmotivados y sin capacidad de maniobra para pelear umbral con sus inmediatos competidores en este caso Cambio Radical y el Pacto Histórico.
El propio barretismo, antiguo aliado de Yepes lo ve quemado y a diario le quita líderes y seguidores a lo largo del departamento.
La moral de las tropas al interior de la lista cuadrada por Yepes Martínez está por el suelo. Todos ya saben cual es la manida y vieja estrategia del político oriundo de Icononzo, la cual le ha funcionado hasta hoy.
Sobre las decisiones y estrategias del congresista Jaime Armando Yepes Martínez no se cambia una sílaba sin que sea milimétricamente calculada por su señora esposa, la profesional y exsecretaria administrativa del municipio Yully Esperanza Porras Barrero, mujer que todavía tiene viva la organización.
No se sabe quien es más ingenuo, si el Congresista que le viene vendiendo humo a sus aliados hace años, o aquellos desprevenidos que a estas alturas siguen creyendo en sus macondianas promesas.