El cumpleaños del concejal César Franco en el sector de Buenos Aires, fue la excusa perfecta para que los precandidatos a la alcaldía de Ibagué, Johana Ximena Aranda y José Barreto Castillo, tuvieran su primer ‘cara a cara’ previo a la campaña del año entrante.
En el evento estuvieron el ex congresista Jaime Armando Yepes, el senador Miguel Barreto y su esposa Claudia Bonilla, la exalcaldesa de Lérida Carolina Hurtado, el anfitrión César Franco y su padre, el exalcalde del Fresno, Orlando Franco.
La fórmula ‘JJ’
Cada uno tiene lo suyo. La exsecretaria de Salud Johana Aranda logró un gran reconocimiento por su labor durante la crisis sanitaria, haciendo pedagogía con megáfono en mano en todos los rincones de la ciudad y cumpliendo las metas del plan de vacunación.
Su carisma, buenas relaciones políticas y cancha en lo público, la convierten en una carta fuerte para disputar la Alcaldía en 2023. Ojo, sin olvidar que la maquinaria local se encuentra a su entera disposición.
Por su parte, José Barreto es un político exageradamente trabajador. Conoce como pocos la mecánica electoral de Ibagué y tiene una estructura consolidada en todas las comunas de la ciudad.
Dicen que Barreto Castillo sale de su casa a las 6 de la mañana y le da la madrugada sumando apoyos y visitando amigos a diario.
La credencial refrendada de su hermano Miguel en el senado, lo pone en los primeros lugares del partidor a la alcaldía.
Consulta, encuesta o consenso
Analistas de la política local, advierten que de darse un acuerdo entre Johana Aranda y José Barreto para la elección a la alcaldía de Ibagué el año entrante, las denominadas fuerzas del ‘Toconbar’ irían en chipa con el candidato o candidata que llegue al tarjetón. Una jugada política maestra que le podría garantizar la victoria a dicha coalición.
Si cada uno coge por su lado, la ruptura podría debilitar las alianzas, dividir aún más la votación y dejar que el candidato del Barretismo o los sectores de izquierda se queden con el poder local.
Contrapeso conoció que al Hurtadismo le gustaría una consulta popular abierta para medir fuerzas en las urnas. Mientras que los amigos de José Barreto se inclinan por una o dos encuestas hechas por firmas serias, que midan la favorabilidad de los candidatos e intención de voto de los ibaguereños.
El pulso Aranda - Barreto estará medido por la capacidad de maniobra y convencimiento individual con sectores ideológicamente lejanos, para ponerlos a sumar en la balanza.
La administración Hurtado ha hecho esfuerzos sobrehumanos para acercar socios electorales y comenzar a construir confianza alrededor de la exsecretaria de Salud, a quien se le ha visto recorriendo los barrios y el sector rural, dedicada al trabajo de base.
En la otra orilla, José Barreto con la credencial de su hermano Miguel, más que valorizada en el Senado, se encuentra en la tarea de sumar aliados y hacer acuerdos para definir el poder regional.
Trascendió que el congresista conservador se reunirá la próxima semana con el precandidato a la gobernación Mauricio Jaramillo Martínez.
Hay quienes se atreven a apostar que si el barretismo en cualquier momento de la campaña, ve amenazada la joya de la corona, es decir, la Gobernación del Tolima, estaría dispuesto a claudicar la alcaldía en Ibagué y reconciliarse o con el senador Miguel Barreto o con el propio alcalde Andrés Hurtado, para asegurar la victoria de la excongresista Adriana Magaly Matiz.
El tiempo terminará dictaminando el mecanismo más idóneo para evitar fracturas y polarización, en la elección a la Alcaldía de Ibagué nada está escrito.