Un verdadero revolcón ejecutó la Ingeniera Erika Melissa Palma, en la distribución de jefaturas al interior de la empresa de acueducto de Ibagué.
La rotación de los jefes, que contó con el visto bueno del alcalde Hurtado, pretende oxigenar las diferentes áreas al interior del Ibal que en algunos casos, tenían lideres con varios años al frente de cada uno de los procesos.
Los cambios
La ingeniera Leidy Johanna Bonilla, pasó del proceso de Control Pérdidas a la jefatura de Alcantarillado.
Alfonso Augusto del Campo, deja el área de alcantarillado y pasa a la jefatura de matrículas.
A su vez, el ingeniero Carlos Medina, pasa de la sección de matrículas a la jefatura de acueducto que ocupaba Juan Carlos Núñez.
Alexandra Medina, deja el proceso de gestión humana y llega a la jefatura de servicios generales.
El liberal Javier Piedrahita, pasa de servicios generales, a la jefatura de gestión documental.
La psicóloga Diana Guzmán, quien era la jefe de gestión documental, será la nueva jefe de gestión humana.
Y por último, pero no menos importante, el ingeniero Juan Carlos Núñez pasa de la jefatura de acueducto, a ser jefe de Control Pérdidas.
¿Insubordinación?
Esta última rotación, fue recibida por el ingeniero Núñez con los ‘taches arriba’, como se dice en el argot futbolístico.
Contrapeso conoció un fuerte documento dirigido por el funcionario a la gerencia del Ibal, con copia a la procuraduría y al ministerio del trabajo.
Según Núñez, con 9 años al frente del proceso de acueducto, es el funcionario más capacitado de la empresa para continuar al mando del mismo. Además, argumenta que la gerencia no puede cambiarle las funciones de la noche a la mañana.
“Puedo dirimir que su decisión de efectuar este movimiento interno e irregular tipifica una desviación del poder que hoy ostenta como Gerente, rayando con los tipos legales que se pueden circunscribir de dicha acción leonina” señala el funcionario en el oficio.
Al parecer, el ingeniero Núñez siente que fue degradado al ser trasladado al proceso de Control Pérdidas del Ibal y deja entre ver que elevará acciones en contra de esta decisión.
Laboralistas consultados por esta redacción, aseguran que la gerencia del Ibal tiene la facultad de hacer cambios en los procesos de la empresa, sin desmejorar el nivel jerárquico y la escala salarial de los trabajadores oficiales. Núñez González debería saber eso, máxime cuando fue gerente de la entidad en 2020.
¿En qué terminará esta especie de ‘fuego amigo’ al interior del Ibal?