Tal y como lo había advertido el portal Contrapeso semanas atrás, el representante Ricardo Alfonso Ferro Lozano, presentó su renuncia a la cámara de representantes, la cual le fue aceptada por la plenaria.
La dimisión tendrá efectos a partir del próximo 20 de junio, un mes antes de la clausura del actual periodo legislativo. Aunque Ferro argumentó que su renuncia se da por motivos personales, el trasfondo de esta decisión va más allá.
La estrategia
La estrategia de Ferro quedó absolutamente expuesta. Renuncia a su curul un año antes de las inscripciones de candidatos para las regionales de 2023.
Con este as bajo la manga, el político oriundo de Carmen de Apicalá, deja al descubierto su intención de postular su nombre a los comicios del próximo año por cualquier partido o movimiento político.
Ferro quiere hacerle el quite a una posible inhabilidad por doble militancia, al ostentar una credencial en el congreso por el Centro Democrático y a su vez, una plaza en los cuadros directivos de su partido. La renuncia a la cámara le da vía libre para emprender el camino con independencia política, muy seguramente a la Alcaldía de Ibagué.
Esta misma situación la vivió el hoy representante electo Carlos Edward Osorio en 2019, cuando no pudo aspirar a la gobernación porque un año antes de inscribirse como candidato, era congresista y directivo del Partido de la U.
Según su oficina de prensa, Ricardo Ferro “se despedirá públicamente presentando un informe de gestión este domingo a las 6:30 p.m. en su programa de televisión (podcast con Ricardo Ferro) y continuará sesionando hasta el último día del periodo legislativo ordinario actual, es decir hasta el 20 de junio de 2022”.
Ferro Lozano ha sido muy crítico de la organización que lidera el senador electo Óscar Barreto. Muy seguramente estará lejos del barretismo en las regionales del próximo año.