En la política no hay ‘muertos’ y el excongresista Emilio Martínez Rosales se convirtió en el pase electoral más cotizado que podría definir la Alcaldía de El Espinal. La consigna: evitar a toda costa el triunfo de Aquileo Medina Arteaga.
Las últimas elecciones han marcado, para hablar en términos de fútbol, una especie de curva descendente en la organización del excongresista Emilio Martínez Rosales.
Desde el grito de independencia de Aquileo Medina en 2018, ha acumulado una seguidilla de derrotas en el Senado de la República y la Gobernación del Tolima, con su hermana Rosmery Martínez, bajo el liderazgo del Partido Cambio Radical.
El antecedente más reciente se relaciona con el revés en la lista a Cámara de Representantes de 2022 en el Pacto Histórico, de su sobrina Sandra Liliana Salazar Martínez.
El ‘emilismo’ ha sido socio político de Óscar Barreto en el pasado.
Extrañamente, Emilio Martínez ha manejado un misterioso bajo perfil, el cual dista del político vehemente, aguerrido y protagonista de la política departamental, al que tenía acostumbrada a la opinión pública. Lo único que se sabe de Emilio, en la actualidad, es que cada vez coge más fuerza la tesis de un acuerdo entre la casa Martínez y el ‘barretismo’, con participación en la gobernación de Ricardo Orozco.
'Hagámonos pasito'
Y es que todo parece indicar que, salvo imprevistos, el grupo de Emilio Martínez firmaría nuevamente un pacto con el Partido Conservador para poner votos en la campaña de Adriana Magali Matiz Vargas.
Adriana Matiz y Wilson Gutiérrez, sería la fórmula del ‘emilismo’ para octubre.
Vale la pena recordar, que las relaciones entre el Partido Liberal y los hermanos Martínez Rosales quedaron en el peor de los escenarios, pasada la contienda regional de 2019 por líos eminentemente económicos. Hasta en los estrados judiciales terminó esa relación con el liberalismo, por deudas de campaña.
Así las cosas, no tendrían opción distinta a tomar el ‘salvavidas’ que está dispuesto a tirar al rio, la estructura ‘barretista’.
Paradójicamente decisivos
En el municipio de El Espinal con lo mucho o poco que le queda, Emilio Martínez podría terminar desequilibrando la balanza. Conocedores de la política ‘pelachiva’, dicen que el ‘emilismo’ puede endosar hoy unos 3.000 votos, que con lo escasos que están, pueden definir perfectamente una alcaldía, y por qué no, una gobernación.
Nadie descarta un paquete todo incluido con el conservatismo, para impulsar la campaña consolidada de Wilson Gutiérrez Montaña.
Al final, el objetivo y deseo ferviente en la casa ‘emilista’, es evitar a toda costa el triunfo de Aquileo Medina Arteaga en la localidad ‘pelachiva’, producto de las rencillas del pasado.
Aquileo Medina, abandonó el grupo de Emilio Martínez una vez llegó al congreso en 2018.
En caso de no firmar acuerdo con Gutiérrez Montaña y los ‘barretistas’, Emilio Martínez no dudaría en buscar al coronel en uso de buen retiro, Jorge Enrique Cartagena Pastrana, del Partido de la U, o en su defecto, montarse a la candidatura cívica de su conocido y viejo amigo, Otto Alí Suárez, el denominado abogado del pueblo.
En política no está muerto quién pelea y pese a las dificultades, Emilio Martínez Rosales puede tener en sus manos el triunfo en la segunda ciudad del departamento.
Al cierre de esta nota, el portal Contrapeso pudo establecer que después de varios meses, Emilio Martínez y Óscar Barreto se sentaron a manteles en la casa del excongresista, en El Espinal, el fin de semana anterior.
La ‘chipa’ Emilio Martínez y Óscar Barreto, marcada por amores y odios, palmadas y abrazos, emerge de nuevo entre las cenizas como el ave fénix; una sociedad política que será determinante en los comicios regionales del próximo 29 de octubre.