Los roces entre ambos cabildantes se produjeron en al menos tres oportunidades.
En principio, Perdomo le reclamó al presidente del cabildo por el orden frente a los procedimientos de votación de dos proposiciones.
Con la confianza que le da ser una de las más antiguas en la Corporación, la concejal pretendió imponer su valía sobre la conducción que Castillo daba en ese momento al debate por lo que abruptamente se le interrumpió el sonido.
"Presidente le pido el favor que no me quite el audio, aquí lo dice precisamente que es el administrador el que me quita el audio", repuso Perdomo.
A lo que Castillo respondió en tono airado: "Doctora, no le he quitado el audio, inclusive tengo abierto el mío. Yo no mando razones, si yo le quito el audio, se lo quito y ya. Pero yo no le he quitado el audio"
El rifirrafe continuó en voz de Perdomo quien insistió en lo incómodo de la situación "...Ahí lo dice el mismo sistema, el administrador te silenció, pero bueno…"
Ante la insistencia de Perdomo por dar adecuada conducción al debate, el Presidente del cabildo acotó: "Aquí todo el mundo tiene derecho a hablar, pero pues si quieren que imponga el orden, pues simplemente vamos a someter a consideración la proposición que le he pedido ya al señor Secretario que le de lectura"
Tercer round
Sin embargo, las animadversiones no acabaron ahí.
Apenas minutos después volvió a saltar la liebre y los ánimos se calentaron, pues Perdomo puso en entredicho el criterio de la Presidencia y con ella varios micrófonos más se activaron lo que motivó la reprimenda de Castillo procurando recuperar el orden.
"Aquí ser garantista es ser payaso. Háganme el favor cierran los micrófonos y yo mismo le voy a dar la palabra a los honorables concejales", sentenció.
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Qué hay detrás
Aunque desprevenidamente hay quienes creen que estos episodios son aislados y obedecerían al fragor del momento, en los pasillos del Concejo corre otra voz.
Aseguran que habría más de fondo y que probablemente tendría que ver con un reciente y bochornoso episodio que vulneró la intimidad del concejal Castillo.
Otros atinan a que para agregar sal a la herida estaría de por leído un asunto de egos entre quien ostenta la dignidad de Presidente y la concejal que buscaría imponer antigüedad y experiencia.
Rencilla cazada
El pulso entre Castillo y Perdomo suma otros ingredientes que ahondan las diferencias.
Y es que no se entiende cómo en el pasado, la concejal de los verdes abanderó una iniciativa pro modificación del reglamento interno de la Corporación que sugería incluso la contratación de asesores externos.
Y ahora contribuyó al hundimiento de una proposición que en igual sentido, pero a cero pesos había promovido el actual presidente de la Corporación.
El reglamento no solo ajusta 15 años sin modificaciones sino que sería una necesidad para poder incorporar legalidad a las nuevas actuaciones y formas de proceder, derivadas del estado de emergencia sanitaria por el Covid-19.