Las elecciones del próximo domingo, abren el espectro de análisis sobre liderazgos específicamente con los políticos de la región que no alcancen la credencial para la cual se postularon. Para muchos, la aspiración a Cámara y Senado son el trampolín de los quemados; mantener vigencia y jugar con un buen plante para las regionales del 2023.
El Tolima tiene en este momento seis candidatos con opciones reales al Senado de la república: los primos Miguel y Óscar Barreto; el representante a la Cámara Ricardo Ferro, el ibaguereño con fuerza en Cundinamarca, Alfredo Molina; la senadora del MIRA, Ana Paola Agudelo y finalmente Guillermo Pérez, columnista del diario El Nuevo Día.
Los Barreto
En el caso del partido conservador, Miguel Barreto con credencial y buscando repetir la votación de hace cuatro años, pero con más influencia ahora en departamentos como Huila, Caquetá, Valle, Boyacá y Cundinamarca; también apoyado por 23 alcaldes del Tolima, se enfrentará a la estructura de la que hizo parte en 2018, el barretismo.
De no lograr repetir curul, ya dan como un hecho en el directorio nacional conservador que Barreto Castillo sería candidato a la Gobernación del Tolima buscando el aval de su partido en consulta con José Elver Hernández ¨Choco¨ y Adriana Magaly Matiz, ambos representantes que dejan el legislativo para buscar al poder ejecutivo.
El senador Miguel, cercano a los cacaos conservadores en Bogotá, podría tener figuración nacional al interior de su partido. Un perfil que pasaría de elegible a nombrable. Los votos del congresista en el Tolima, serían su carta de presentación para acuerdos y elecciones futuras.
Pero ese escenario cambiaría mucho si Óscar Barreto no llegara a ser senador de la República. Si bien la concentración de poder regional y su liderazgo le podría garantizar credencial con cifras contundentes en el departamento, en política nada se puede descartar y habría revolcón en el mapa de cara al 2023.
Barreto Quiroga en cinco oportunidades aspiró a cargos de elección popular; dos de ellos fueron resultados adversos en su interés de ser alcalde de Ibagué y luego en la elección atípica a la gobernación en 2005 cuando fue derrotado por Fernando Osorio del Liberalismo.
De no ser Senador, es seguro que Óscar Barreto será candidato a la Gobernación del Tolima y podría haber un segundo round histórico y taquillero: Barreto vs Mauricio Jaramillo.
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Ferro
En el caso del candidato Ricardo Ferro, con un panorama adverso al interior de su partido (de los seis candidatos de la lista, solo uno apoya su aspiración en el Tolima), es claro que de no resultar favorecido el 13 de marzo, una vez más insistirá en ser aspirante a la Alcaldía de Ibagué, donde tendría una puja exigente, debido a que ya le ofreció el aval del Centro Democrático al académico Jaime Eduardo Reyes, con tal de lograr el apoyo reciproco y esperanzado en que le ponga una buena cantidad de votos de opinión en la capital del Tolima.
Molina
Alfredo Molina, con acompañamiento de las estructuras políticas de Cundinamarca y con posibilidad de llegar al Senado, en caso de no alcanzar el objetivo, claramente sería aspirante a la gobernación del vecino departamento y se enfrentaría a las maquinarias de Jorge Rey y el actual gobernador Nicolás García.
Esto en virtud, a que en el Tolima no cuenta con bases electorales sólidas ni reconocimiento para imponer condiciones o hacer acuerdos para las regionales. Molina solo nació en Ibagué, pero su trabajo político está concentrado en Cundinamarca con epicentro en la ciudad de Fusagasugá.
Ana Paola Agudelo
De la actual Senadora Ana Paola Agudelo se sabe poco. Si bien su partido es disciplinado, en esta oportunidad el voto preferente puede jugarle una mala pasada, ella ha firmado alianzas con su amigo y colega Miguel Barreto, con quienes coincidieron en los avales para gobernación y Alcaldía de Ibagué en la elección de 2019.
Según fuentes consultadas al interior del MIRA, en caso de no obtener credencial, la ibaguereña Ana Paola viajaría al exterior a terminar estudios de maestría y quizás el año entrante vendría a tomar decisiones.
Guillermo Pérez
En el caso del periodista Guillermo Pérez, columnista de El Nuevo Día, cercano a la familia Galán Pachón y militante del Nuevo Liberalismo, hoy con personería jurídica reestablecida, al ocupar la cuarta posición en la lista cerrada, tiene chance de ser senador sin mucho esfuerzo.
Sin el desgaste de la agenda nacional, sin incurrir en millonarios gastos de campaña, solo a la espera que su partido alcance como mínimo el umbral y en cifra repartidora darle para cuatro curules, Pérez espera llegar al capitolio el 20 de julio.
Si por alguna razón ese resultado fuese negativo, evidentemente, sin mucha fuerza electoral en el Tolima, el Nuevo Liberalismo no sería decisivo en futuras elecciones, pero algo aportaría.
Es claro que para la mayoría de organizaciones políticas, la elección legislativa es la primera vuelta de las regionales, donde se afianza aquel dicho popular de técnico de fútbol: “perder es ganar un poco”, justo lo que sucederá con algunos dirigentes que paradójicamente saldrán catapultados para el 2023 a costa de sacrificar una curul.
En la próxima entrega, Contrapeso se ocupará se los mismos escenarios políticos, pero con los candidatos a Cámara de Representantes quemados en estas legislativas.