Contra todo pronóstico, la gerente del Ibal salió ilesa del debate de control político a los avances del acueducto complementario de Ibagué. Y no por falta de preparación, todo lo contrario, la funcionaria con argumentos, cifras y soporte técnico, evidenció que este gobierno adelanta todos los esfuerzos para que el proyecto funcione.
La ingeniera Erika Palma, acabó con el mito de que el gobierno de Guillermo Alfonso Jaramillo, había dejado el acueducto complementario en un avance del 92%. Según la exposición, lo que recibió el alcalde Hurtado fue una colcha de retazos de tubería, que en nada solucionaba el problema de agua en la ciudad de Ibagué.
Hoy el proyecto avanza en la fase dos, la cual recibirá una inyección económica de $24.000 millones, para conducir el agua desde la bocatoma Cocora hacia la planta de La Pola y de allí hacia el tanque sur, más exactamente en el sector de Miramar, con lo que se busca optimizar y garantizar la continuidad del servicio a los ibaguereños.
Control Político
La mayoría de concejales de Ibagué, coincidieron en que el problema de suministro de agua en la ciudad es estructural, y no es responsabilidad exclusiva de la actual administración.
Quién puso el dedo en la llaga, fue el concejal Rubén Darío Correa, quien volvió a lanzar su artillería en contra de la organización política que lidera el senador electo, Óscar Barreto Quiroga.
Según Correa, en las vigencias 2020 y 2021 el Ibal brilló por la politiquería orquestada y patrocinada desde el barretismo. El cabildante denunció que en la empresa los procesos se estancaron gracias a Juliana Macias, sobrina del exgobernador y en su momento, Secretaria General de la compañía.
“Al primer gerente del Ibal no lo dejaron trabajar porque le pusieron en la secretaría general a un contrapeso, una piedra en el zapato, un retén” sostuvo Correa Carvajal, que también cuestionó a los exgerentes de la empresa recomendados por el barretismo, Sandra García y Rodrigo Herrera.
‘Linda’ defensa
La concejala del Partido Verde, Linda Esperanza Perdomo, hoy nueva mejor amiga de Óscar Barreto, salió en su defensa.
“No comparto con usted ese tipo de ataques sistemáticos en contra del doctor Óscar Barreto y su familia, es poco correcto e injusto” le respondió Perdomo al concejal Rubén Darío Correa.
El alcalde Hurtado llevó del bulto, cuando la cabildante defendía a su nuevo jefe político. “Por qué no reconocer mejor la incapacidad que se ha tenido en todos los gobiernos, incluido este, en entender cuál es el verdadero problema y la verdadera solución del problema del agua en Ibagué” sentenció Perdomo.
¿Mayorías sólidas?
El denominado G9 se volvió a sentir en la corporación respaldando la gestión del gobierno Ibagué Vibra y a la gerente del Ibal; bancada liderada por el concejal Arturo Castillo.
El propio Castillo, César Franco, Julián Serna, el presidente Eduard Toro, entre otros, aunque preocupados y muy críticos con las dificultades por el suministro de agua en la ciudad, arroparon la gestión de la ingeniera Palma Huertas y le reconocieron su manejo técnico en la entidad, algo que para muchos había estado ausente en esta administración.
El desayuno será el almuerzo
Las mayorías tumbaron una proposición del concejal Correa, quien pidió darle 15 minutos al veedor Luis Fernando Díaz, quien se iba a despachar contra la administración por el manejo del tema del agua y el proyecto del acueducto complementario, que según él no llegará a feliz término.
Paradójicamente esta moción la votaron favorablemente los concejales Brayam Escandón, Miguel Bermúdez, Linda Perdomo, Orlando Rodríguez, y por supuesto, los representantes de la oposición: Jaime Tocora, Javier Mora y Rubén Darío Correa.
11 votos en cabeza del G9, sumados a Martha Ruiz, Camilo Tavera y Juan Ávila, le dijeron no a la proposición del concejal del ADA y excandidato a la alcaldía de Ibagué. Ferney Varón, del G9 no votó porque en ese momento no hacía presencia en el recinto.
En estos pequeños detalles de votaciones nominales al interior del cabildo, se avizora lo que serán las futuras mayorías del ejecutivo en la corporación Concejo de Ibagué.
Al final de la jornada, hubo un detalle ‘maluco’ qué pasó desapercibido y que no se compadece luego de seis horas en las cuales los funcionarios citados hicieron presencia de principio a fin en el debate de control político.
Y es que varias curules estaban vacías y fueron contados los concejales que esperaron pacientemente las respuestas de los representantes de la administración, una crítica que ya se le había escuchado al Secretario de Gobierno Óscar Berbeo y a quien ‘crucificaron’ la semana anterior por exponerla en la corporación.